Abrir el grifo y que salga agua es un hecho absolutamente habitual hoy
en día, pero durante muchos siglos esto no fue así. Aunque
los romanos ya construyeron dos acueductos que abastecían la ciudad,
las casas no tenían agua corriente y la gente tenía que ir a buscarla a
los pozos o a las fuentes públicas. En Barcelona, en Ciutat Vella,
se conservan todavía algunas fuentes históricas, más que centenarias,
que hoy se rodean de turistas, pero que en su momento dieron un gran
servicio a la ciudadanía y significaron un gran avance en la calidad de
vida del vecindario. Hoy te proponemos visitar tres de estas fuentes: la
de Santa Anna, la de Santa Maria y la de Sant Just.
Las tres fuentes que visitamos
datan de la época medieval, y todas sobresalen del edificio al que están adosadas,
porque detrás de ellas se encuentran las cañerías de entrada y de
distribución de agua, ya que antes todas tenían varias boquillas, y hoy
tienen más de un grifo. Este espacio se ha aprovechado en la actualidad
para poner los contadores, como los que tienen todas las fuentes publicas de la ciudad.
La fuente más antigua de Barcelona, y una de las primeras que se hicieron,
es la de Santa Anna,
en la confluencia de la calle de Cucurulla con la avenida del Portal de
l’Àngel. Se construyó en el año 1356 y tiene sus orígenes en un
abrevadero que utilizaban los caballos de los viajeros que se hospedaban
en el cercano Hostal del Vallès y los de las diligencias que salían de
la ciudad por la plaza de Santa Anna, que es el nombre que tenía este
cruce antiguamente. De hecho, en el lado de la calle de Cucurulla
todavía se puede ver la parte del abrevadero que
hoy sirve como base para jardineras. En el año 1375, esta instalación
se amplió con una fuente que, al parecer, inicialmente tenía ocho lados.
Sin embargo, en la actualidad, solo hay cinco lados y dos grifos en el
cuerpo central.
En el año 1819 fue ampliada, pero
el aspecto actual es de 1918,
año en el que se colocaron los paneles de cerámica novecentista de las
paredes, obra de Josep Aragay. Los jarrones que coronan la parte
superior se elaboraron en el año 2002 a partir de los moldes originales,
puesto que los que se pusieron en 1918 se deterioraron y se perdieron.
En el cuerpo central aparece el escudo de la ciudad esculpido en piedra
y, en cuatro de los cinco cuerpos, se pueden ver los mascarones por
donde salían los boquillas del agua.
La segunda fuente más antigua es la de Sant Just,
que se sitúa en el ángulo que hacen las calles de Lledó y de la Palma de
Sant Just, delante de la iglesia de los Sants Just i Pastor. Está
fechada en 1367, aunque el aspecto que presenta hoy es fruto de una
reconstrucción del siglo XIX. La fuente
fue construida en honor a Joan Fiveller,
un vecino de la zona que, paseando por Collserola, tropezó con una mina
de agua y la canalizó hacia la ciudad, que entonces tenía bastantes
problemas de abastecimiento. La construcción tiene forma trapezoidal y
está adosada a la casa de al lado por la pared posterior. En la fachada
principal hay tres caras esculpidas que hacían de boquillas. Sin
embargo, hoy el agua corre por dos grifos.
En la parte superior de la fachada principal puede verse una imagen de
Sant Just con la palma del martirio entre los escudos de Cataluña y de
la ciudad, ambos esculpidos en piedra. En las fachadas laterales de la
calle de la Palma de Sant Just y de la calle de Lledó hay, en medio de
los dos escudos,
un relieve que muestra a un halcón con una perdiz entre las garras,
imagen que quiere recordar la afición de Fiveller a la caza. Una
balaustrada, añadida en 1884, corona la fachada de la fuente, sobre la
cual hay un jardín.
La fuente de Santa Maria, situada delante de la iglesia de Santa Maria del Mar,
se construyó en 1403 y,
durante muchos años, fue conocida como la fuente de los señores porque
era utilizada por el vecindario de los cercanos paseo del Born y calle
de Montcada, donde se encontraban varios palacios. Fue construida por
uno de los maestros de obras más prestigiosos del momento, Arnau
Bargués. De las tres fuentes,
es la que ha llegado a la actualidad con menos modificaciones. Es similar a la fuente de Sant Just, también con tres lados, pero está adosada al edificio de al lado por un lateral.
Las boquillas de la fuente de Santa Maria son las más sencillas. Se
trata de unas baldosas de piedra que sobresalen un poco, donde están
instalados hoy los tres grifos, cuyo chorro cae sobre una pila de piedra
que ocupa toda la longitud de la pared.
En la fachada lateral aparecen labrados los escudos de Barcelona y de Cataluña,
y, un poco más arriba, hay dos gárgolas que representan a un dragón y
un león. La construcción está coronada por un jardín con una barandilla
que ha pervivido desde el año 1526, cuando se autorizó a un vecino
llamado Gaspar Ferrer a tener encima de la fuente un cerco con naranjos,
arrayanes y hortalizas y otras verduras.
Fuente: http://w1.bcn.cat/barcelonablog/tu-ayuntamiento/fuentes-historicas-de-la-barcelona-gotica?lang=es
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